La actriz Aura Abranches, a quien -según su madre- cortejaba el músico Pedro Blanco, graba en Brasil una canción cuya letra fue dedicada al propio Blanco.

Moutinho

Esta historia nos remite a 1912, cuando despega un movimiento de recuperación del folklore por parte de la música culta, a través de la composición de canciones sobre poemas de escritores portugueses: A canção portuguesa. A esta labor se sumaron muchos poetas y músicos del país vecino. Uno de ellos fue el pianista y compositor Fernando Moutinho[1] que acababa de ser nombrado director del Orfeão Académico do Porto[2].

Alexandre Azevedo

No obstante, uno de los mayores impulsores del proyecto fue el actor Alexandre Azevedo (1873-1954), que contactó con músicos y escritores y difundió la idea a través de la prensa[3]. Azevedo era socio en la compañía teatral de la célebre actriz Adelina Abranches (1866-1945), en la que también trabajaba su hija, Aura. Como suele ser habitual en las familias de teatro, Aura Abranches había debutado en los escenarios a los doce años de edad, en el Teatro D. Maria II de Lisboa, con la obra Zefa. El dramaturgo, poeta y fadista Avelino de Sousa, que la incluyó en sus biografías en verso[15], escribió con grandilocuencia sobre su debut:

A mae, era a Rainha! A altiva magestade / que, p’ra continuar a sua dynastia, abdicava na filha a c’rôa e a gerarchia / da sua Arte excelsa e cheia de Verdade. / E a princeza gentil, elegante e formosa, / surgiu-nos na ribalta, inda era uma creança, / na Zefa em que ella foi promesa radiosa.

En 1912, la compañía Adelina Abranches – Alexandre Azevedo se trasladó al Teatro Sá da Bandeira, la principal sala de Oporto en ese momento[4]. Representaron allí más de 30 piezas teatrales. Al final de cada función, comenzaron a introducir algunas canciones portuguesas, interpretadas por Aura y el propio Azevedo. Su iniciativa fue tan bien recibida por el público que decidieron crear un espectáculo monográfico en el propio Teatro Sá da Bandeira: la Festa da Canção Portuguesa.

Teatro Sá da Bandeira

El evento, que se celebró el 1 de junio de 1912[5], comenzó con varias piezas teatrales y continuó con Aura Abranches y Alexandre Azevedo interpretando una serie de poemas de autores portugueses, acompañados por Fernando Moutinho al piano. La fiesta terminó con la presentación del numeroso Orfeão Académico. Fue tal el éxito que estas representaciones se repitieron en las semanas siguientes[6].

Dentro de este proyecto de la canción portuguesa, el músico leonés Pedro Blanco estuvo involucrado en los ensayos y contribuyó además con varias composiciones. Empezó por escribir tres canciones sobre poemas de autores portugueses: “O senhor reitor”, “A fiandeira” y “Flor da rua”. Según consta en las partituras, las dos primeras fueron interpretadas por Alexandre Azevedo y, la tercera, por Aura Abranches. Tiempo después serían editadas por Eduardo da Fonseca y catalogadas como Canções, op. 5.

Además de “Flor da rua”, Pedro Blanco escribió otra canción para que la cantase Aura Abranches. Se trata de Los ojos negros (canción española), con letra del famoso dramaturgo Guillermo Perrín, amigo de Blanco. Esta pieza acabó siendo catalogada con el opus 3, pero no se conserva ninguna copia. Solo se ha encontrado un borrador de Los ojos negros, en el legado del autor, donde figura manuscrita la siguiente frase: “Expresamente escrita para la divina artista Aura Abranches sin cuyo consentimiento, nadie la podrá copiar. Oporto, 30-7-1912”.

La canción se había escrito ex profeso para ser estrenada en la fiesta en honor de Adelina Abranches que se celebró el 2 de agosto de 1912 en el Teatro Sá da Bandeira. En dicha representación la prensa destacó la interpretación de Los ojos negros[7], que recibió numerosas ovaciones[8]. De acuerdo con el testimonio de Adelina Abranches en sus memorias, todas estas atenciones de Pedro Blanco hacia su hija – a quien los íntimos llamaban “Menã”– no eran sino muestras del cortejo del músico a la joven actriz, a quien se quería llevar a España y a quien engatusaba con frases como: «Menã, con mi piano y su voz, el mundo es nuestro…»[9]. No tenemos más testimonios sobre ese supuesto affair. Por el contrario, lo que sí sabemos es que, ese mismo verano, Pedro Blanco pidió en matrimonio a su alumna Clementina Nogueira.

Dibujo de Aura Abranches en escena

Por su parte, Aura partió de gira para el Brasil con el resto de actores, así como de Fernando Moutinho. Para Aura Abranches, esta gira brasileña supuso su primera obra como protagonista, con la obra A menina do chocolate[10]. Además de un amplio repertorio de piezas teatrales, en el país americano siguieron divulgando las canciones portuguesas[11]. Desde Río de Janeiro escribió Moutinho a Pedro Blanco comentando el éxito de “O senhor reitor” y anunciando la próxima interpretación de Los ojos negros[12].

Descubro recientemente que, en esa estancia en Brasil, además de representaciones teatrales, Aura Abranches y Alexandre Azevedo también grabaron una veintena de canciones para el sello Odeon. El 27 de agosto de 1913, Aura grabó la canción O outono (el otoño). La letra de esta pieza es el poema del mismo nombre que el poeta y pedagogo João de Barros había dedicado a Pedro Blanco en 1910. La música fue compuesta por Fernando Moutinho, también amigo de Blanco. En su Álbum de canções portuguesas, Moutinho incluyó la partitura y, además, destacó este poema sobre el resto de textos, reproduciéndolo íntegramente al comienzo de la publicación.

¿Tienen curiosidad por cómo cantaba esta canción Aura Abranches? Pueden escucharla haciendo click en el disco y eligiendo «tocar fonograma».

<—–

Mientras Aura estaba en el estudio de grabación, Pedro Blanco se encontraba de luna de miel por España; se había demorado este viaje hasta el verano, aunque la boda había tenido lugar el 20 de enero[13].

Joaquim Pinto Grijó

La compañía teatral volvió de gira y Aura Abranches continuó cultivando la canción portuguesa[14] y haciéndose cada vez más conocida. En 1916, contrajo matrimonio con el actor Pinto Grijó y siguió participando en numerosas piezas teatrales, tanto con él como con su madre, además de con la compañía Amélia Rey Colaço-Robles Monteiro. Considerada una actriz culta y polifacética, tradujo algunas obras y escribió varios libros. También participó en varias películas: Rosa de Alfama, de Henrique de Campos (1953), O Primo Basílio, de Afonso Lopes Ribeiro (1960), etc.

En la curiosa película documental Lisboa, crónica anedótica, de Leitão de Barros (1930), donde participan muchos actores conocidos, Adelina y Aura Abranches protagonizan una hilarante escena en un mercado donde se pelean y acaban manchando a un elegante caballero que pasaba por allí (a partir del minuto 55).

Lisboa, crónica anedótica

Aura Abranches falleció en 1962 y está enterrada en el cementerio del Alto de São João, en Lisboa.

Más información sobre Aura Abranches, Pedro Blanco y la canção portuguesa en el libro Añoranzas y Saudades.


NOTAS

[1] Arquivo Histórico do Orfeão Universitário do Porto.

[2] Orlando Courrège, “Óscar da Silva. In memoriam”, Orfeão, nº 10, 1966, p. 2-8.

[3] O Palco, 20-1-1912, p.10.

[4] Ana Maria Liberal, “Os 170 anos do Teatro Sá da Bandeira”, O Tripeiro, nº 12, 2016, p. 372-373.

[5] O Comércio do Porto, 1-6-1912.

[6] Orlando Courrège, op. cit.

[7] O Comércio do Porto, 2-8-1912, p. 2.

[8] El Imparcial, 11-8-1912, p. 3.

[9]Memorias de Adelina Abranches. Apresentadas por Aura Abranches, Empresa Nacional de Publicidade, Lisboa, 1947, p. 271 y ss.

[10] Memorias de Adelina Abranches…, op. cit., p. 279 y ss.

[11] Correio da Manhã, 23-2-1913, p. 5.

[12] Carta de Fernando Moutinho a Pedro Blanco, 31-7-1913.

[13] Recorte de prensa, Legado Pedro Blanco, FJM.

[14] A Cançao de Portugal. O Fado, 2-7-1916, p. 1.

[15] Avelino de Sousa, Album teatral: Illustração quinzenal / biografias em prosa e verso, Lisboa: Pedroso & Santos, 1916-1917.